LA MONA DE PASCUA
La Mona de Pascua es un alimento típico de varias regiones españolas como la murciana, valenciana, castellano-manchega, aragonesa, alicantina y catalana. En otras regiones como Asturias y Galicia podemos encontrar el “roscu” de Pascua. Y en Alicante a la versión sin huevo duro se le suele llamar “toña”.
El nombre proviene de la munna, término árabe que significa “provisión de la boca“, regalo que los musulmanes hacían a sus señores. La Mona de Pascua simboliza
que la Cuaresma ha llegado a su fin y por lo tanto también sus
abstinencias, y el huevo que llevan simboliza el principio de la vida.
La Mona de Pascua
consiste en un bollo hecho de harina, huevo, azúcar y sal. Su
elaboración requiere paciencia, puesto que necesita más de una hora de
reposo previa a su cocción. Es similar a la masa del roscón y las monas
que se hacían en casa eran de pasta de pan, podían tener forma circular,
de muñeco, forma de gallo, o luna, con los huevos hervidos pintados de
colores por encima y en algunos sitios las podemos con otra decoración
como pueden ser plumas o pollitos. En Menorca suelen ir cubiertos de
merengue.
Uno de los pueblos con más fama en la fabricación de monas de Pascua se llama Alberique,
en la provincia de Valencia y aunque este dulce está asociado a las
fiestas de Semana Santa podemos encontrarlo durante todo el año en
algunas confiterías del país como ocurre en Murcia.
El origen de esta
tradición como el de muchos dulces no está claro, aunque en algunos
escritos apuntan que esta pudo empezar en el siglo XV en Cataluña y
Valencia, otras que en el siglo XVIII, y otras fuentes lo llevan hasta
los tiempos en los que la presencia morisca estuvo en nuestro país.
La costumbre indica que son los padrinos los que regalan la mona a sus ahijados el Domingo de Pascua después
de misa hasta que hacen la primera comunión o cumple doce años, y a
continuación la familia y los amigos se dirigen al campo para disfrutar
de una comida en la naturaleza, siendo este el “Día de mona”.
La tradición de la mona viene concatenada con la de los rituales del
Domingo de Ramos, que de un modo u otro, son parte de nuestra historia y
cultura, aunque poco a poco vaya perdiendo la carga religiosa y se esté
tornando una tradición popular ligada al periodo estival de Pascua.
Aunque en las ciudades donde es festivo el Lunes de Pascua se entregan en ese día, como ocurre en Cataluña.
La variante catalana
surgió como una evolución de la mona tradicional que hacían en
Alicante, y aunque actualmente sólo tengan de parecido el nombre, tienen
un origen común. Esta “tarta de chocolate” empezó como una mona de
bollo típica a la que se le sustituyó el huevo de gallina por uno de
chocolate, combinando la tradición local con las tradiciones de Semana
Santa en Europa. Este cambio y la introducción del chocolate acabó
siendo la base de la mona haciendo los pasteleros auténticas filigranas
arquitectónicas con el chocolate. Cada año los padrinos acompañan a sus
ahijados a visitar las pastelerías para que elijan su mona favorita que
suelen tener figuras de cómic o cuento que estén de moda en ese momento y
llegan a vender unas 600.000 monas.
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