En un plano general, existe una clasificación del lenguaje, la cual se divide en:
LENGUAJE ANIMAL: como su nombre lo indica, es el utilizado por los animales con el fin de comunicarse entre sí. Incluye señales de carácter visual, sonoras y olfativas.
LENGUAJE HUMANO: es aquel capaz de exteriorizar emociones. Esta conducta de tipo lingüística depende de la interacción con otros individuos para que se desarrolle, es decir, no es instintiva.
Dentro del lenguaje humano, existe a su vez, una subclasificación de acuerdo al grado de convencionalidad presente en la construcción de signos lingüísticos. A partir de esto, podemos mencionar:
- LENGUAJE NATURAL: esta clase de lenguaje es utilizado por una colectividad lingüística con el objetivo básico de comunicarse. Es empleado de manera inconsciente durante la infancia del individuo y responde a factores culturales.
- LENGUAJE ARTIFICIAL: con esta denominación se designa a aquel lenguaje creado por el hombre manera consciente y sistemática a fin de utilizarlo con algún objetivo determinado. Es decir, el lenguaje artificial se origina a partir de un acuerdo arbitrario entre individuos, y su propósito se basa en evadir cualquier inconveniente derivado de la ambigüedad presente en el lenguaje natural.
Este tipo de lenguaje (artificial) se subdivide a su vez en:
LENGUAJE FORMAL:
además de ser creado de manera artificial, el lenguaje normal tiene la
peculiaridad de erigirse a partir de pautas específicas de construcción y
modificación del mismo.
LENGUAJE TÉCNICO:
se caracteriza por emplear vocablos propios del lenguaje natural, pero
cada uno de ellos recibe un significado específico de acuerdo a los
propósitos buscados por la colectividad lingüística que los utilice. Por
ejemplo: la comunidad de físicos, emplea palabras de uso común, como
velocidad o potencia, pero les otorga un sentido determinado.
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